Lejos yacía la lucidez y poco a poco sucumbía ante la pesadez de aquellas quince torturas.
No se hallaba en medio de su caos y sin nada que pensar, decidió no seguir, ¡ya no aguantaba más!.
Introdujo su cuerpo entre aquellas tres esencias que inmediatamente paralizaron su alma, y así cambió de la forma precaria anterior a una volátil, amplia, plena; logrando al fin desprenderse de sus agobiantes calvarios, logrando al fin liberarse de todo lo que la amarraba, ¡logrando al fin estar sana!
Ánghela Marín
Dibujo creado por Ánghela Marín © 2016. Todos los derechos reservados. |
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